Los comienzos siempre son duros y empezar de cero tiene su historia. No sabes lo que es emprender de verdad hasta que te pones al lío, eso es así.
Aunque ya has dado el primer paso: querer hacerlo.
Pero antes de emprender o (¡mejor aún!) de contratar a un profesional para que desarrolle tu identidad visual y verbal, hay un paso previo que tienes que seguir: PENSAR.
Oh la lá.
No digo esto porque sí, sino porque muchas veces como diseñadora y copy me he encontrado a clientes que quieren que les des todas las respuestas, pero nosotros no podemos decidir la estrategia de tu negocio, debes hacerlo tú.
Don’t worry, no estás solo ni sola, todos hemos pasado por ahí antes de emprender y nos han surgido las mismas dudas y las mismas indecisiones.
Coge papel y boli o si lo prefieres tu teclado y una página de Word, que ahí van las 7 preguntas imprescindibles que debes hacerte antes de emprender un negocio.

#1 ¿Quién es mi cliente ideal?
Lo primero que tienes que saber es a qué tipo de persona vas a ayudar con tu producto o servicio.
Por ello, en este punto te toca crear un “personaje ficticio” y muy bien definido para que cuando hagas cualquier tipo de comunicación te imagines que le estás hablando a esa persona.
Esto, además de humanizar a ese cliente, te ayudará a conectar con él y a tratar de entender cómo es y qué pasa por su cabeza, para que puedas adaptar tu modo de vender y cómo te diriges a él.
Huye de definir un perfil abstracto en plan «madres desempleadas de 30 años con bla-bla-blá».
Redacta un perfil con nombre y apellidos (échale imaginación), edad, forma de vestir, de actuar, personalidad, sueños, aspiraciones, miedos, trabajo, qué problema tiene cuando acude a ti, cuáles son sus puntos de dolor, en qué contexto vive, etc.
Yo no he inventado la pólvora, esto tiene un nombre y se conoce como buyer persona y es muy importante a la hora de definir tu estrategia.
Cuando tengas este punto clarinete podrás hablar desde la empatía y sonar más cercano o cercana cuando te dirijas a ese cliente ideal.

#2 ¿Quién es mi competencia?
Esto es imprescindible: conocer tu competencia y el sector en el que te quieres mover.
Pon especial atención en el enfoque de negocio que tienen y detecta si hay algo que no están ofreciendo y tú sí puedo dar al mundo.
Analiza también sus precios, sus tarifas, su manera de comunicar, sus clientes, su comunidad… Esta información es muy valiosa para saber cómo desmarcarte y ser diferente.

#3 ¿Cuál es mi propuesta de valor?
La propuesta de valor es aquello que vamos a ofrecer al mundo o aquello que venimos a solucionar, pero expresado de una manera clara y sencilla para que sea fácil de entender.
Para ello tienes que averiguar el punto de dolor o el deseo más profundo de tu cliente ideal, conocer a tu competencia, detectar qué necesidades no está satisfaciendo el mercado y valorar en qué eres especialista y lo que te hace único o única.
Te pongo un ejemplo con mi propuesta de valor para que lo veas fetén.
Yo soy diseñadora gráfica, publicista y copy. Esos 3 perfiles encontrarlos en una mismo profesional es algo que es único en el mercado.
Así, mi propuesta de valor va enfocada a que realizo tanto el diseño de marca como el copy para la web sin que mi cliente tenga que contratar ambos perfiles por separado, con el gasto de tiempo y dinero que ello supone.
¿Ves? Hablo de lo que me hace única y además satisfago una necesidad de mi potencial cliente.
Sacar tu propuesta de valor requiere de un buen análisis interno, tómate tu tiempo. Puedes ayudarte de preguntarle a la gente cercana qué puede ver en tu negocio o en ti que te haga especial, a veces desde fuera se ve más claro.
Una vez tengas tu propuesta de valor definida tiene que responder a las siguientes preguntas:
- ¿Responde a una necesidad de mi cliente ideal?
- ¿Muestra con claridad que mi producto o servicio es la solución?
- ¿Resulta convincente y creíble?
Si las respuestas son todas que sí, ¡enhorabuena, ya tienes tu propuesta de valor!

Ya estamos casi casi en el ecuador del post. No te rindas, que vamos con las últimas preguntas que tienes que hacerte antes de emprender un negocio.
#4 ¿Cuáles son mis productos o servicios?
Define bien qué es lo que ofreces y qué está incluido en aquello que compra o contrata el cliente.
Aquí es importante que si tienes varios servicios intentes centrarte en los dos o tres principales (aunque luego seas capaz de realizar más tareas de cara a un cliente). Así, te resultará más fácil que te asocien a eso que ofreces.
Lo mismo pasa con los productos; selecciona cuáles pueden llegar a ser tus productos estrella y pon foco en ellos.

Una vez definido los productos o servicios, podemos dar paso a la siguiente pregunta.
#5 ¿Cómo será el proceso de trabajo?
En el caso de un servicio debes definir qué pasos o fases lo componen, qué duración aproximada tendrá cada etapa y si por ejemplo, el cliente estará implicado en alguna de ellas.
Esto hará más fácil explicarle al potencial cliente tu manera de trabajar, tus procedimientos, tu metodología y cómo se desarrolla el servicio que ofreces.
Además, a nivel interno te sirve para ver si te resulta rentable entre el tiempo que le dedicas y la tarifa que tienes asignada.

¿Lo tienes? ¿Sí? Vamos con la penúltima.
#6 ¿Cuáles van a ser mis tarifas?
Al estudiar tu competencia fíjate en qué precios tienen estipulados y tendrás una base de la que partir.
Yo empecé poniendo unas tarifas «medio bajas», puesto que mis servicios estaban un poco en fase «beta». No tengas miedo de ir subiéndolas con el tiempo mientras vayas cogiendo confianza y viendo cuánto de rentables o poco rentables te salen al final.
Es un proceso normal.

Una vez definidas nuestras tarifas vamos con la última y no menos importante pregunta.
#7 ¿Cuáles son mis objetivos a corto, medio y largo plazo?
Para no perder el enfoque en el negocio necesitas saber cuáles son tus metas y qué herramientas dispones para lograrlas.
Es muy importante que preveas algún tipo de crecimiento para tu negocio. Te permitirá definir las estrategias para conseguir esos objetivos y que en los próximos años estés donde quieres estar.

Y hasta aquí las 7 preguntas que debes hacerte antes de emprender un negocio.
A estas alturas del post puedo ver cómo tu cabeza echa humo.
Pero no dejes de leer aún: voy a darte un listado de los errores que casi me hacen cagarla fuertemente cuando empecé con esto de emprender.
Las pifias que estuve a punto de cometer cuando empecé a emprender
Si te sientes identificado o identificada con alguna de ellas… No te preocupes, son totalmente normales cuando estás empezando.
- Intentar venderle a todo el mundo.
¿Crees que acaso un chaval de 20 años tiene las mismas preocupaciones y le llega el mismo tipo de mensaje que a una mujer de 50?
¡Of course que no!
Recuerda definir muy bien tu buyer persona para no cometer este error.
- Ofrecer lo mismo que hace la competencia.
Parece una apuesta segura porque si a tu competencia le funciona, ¿por qué a ti no?
Pues no, así no vas a desmarcarte de tus competidores ni harás que tus potenciales clientes te perciban como diferente y único.
Céntrate en ofrecer siempre algo diferente.
- Tirar los precios.
Algo muy típico que suele pasar es que nos cuesta poner precio a nuestros servicios y solemos infravalorar nuestro trabajo, desgraciadamente.
No dejes que el síndrome del impostor haga de las suyas. Valora como se merece tu tiempo y tus años de dedicación, experiencia y formación.
Porque tú lo vales 😉
Tampoco tires los precios pensando que nadie podrá pagarlo. Es muy importante que pienses que tu buyer persona verá el valor de lo que ofreces y pagará encantado por ello.
- Compararte excesivamente con otros.
Está bien que estudies tu competencia y a gente TOP del sector, pero pon un límite para no obsesionarte con esto.
Este consejo me lo dieron a mí cuando empecé: compararte con alguien a quien admiras puede mermar tu confianza, incluso cuando no se juega en la misma liga.
Piensa que esta persona lleva mucho recorrido y tú tan solo estás empezando.
Como anécdota te cuento que antes de emprender, cuando investigué el sector veía a Joan como un referente en el mundo del copy.
Y fíjate ahora, estoy escribiendo en su blog. La Alicia del pasado seguro que no se lo creería.
Todo llega, date tiempo.
- Poner un listado gigante de todo lo que puedes ofrecer.
Recuerda, es más fácil que te recuerden por 1 o 2 servicios que si sueltas tooooodo lo que puedes hacer por un cliente.
Créeme que luego ellos te preguntarán si puedes hacer esto o aquello, pero primero es crucial que se vea tu especialización en un servicio concreto.
Estamos en el final: respira hondo
Llegados a este punto lo normal es que tengas un cacao mental importante.
Piénsalo todo con tranquilidad y toma las decisiones que creas necesarias.
Te digo: emprender también va de cometer errores y aprender por el camino. No tengas miedo a equivocarte.
Un error siempre es una oportunidad de aprender y mejorar.
Y no, esto no lo he sacado de un azucarillo aunque lo parezca.
Mucha suerte en el camino.
Un abrazo.