Me encuentro escribiendo estas líneas en México.
He querido probar eso del nomadismo, aunque sea por un mes, y qué mejor que escribir la carta de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente de este 2021 en calidad de nómada digital.
Que no sé lo que pasará en cuanto vuelva a mi Valencia eh, pero este año… toca pedir cosas útiles para todo nómada digital en ciernes.
Lo voy a hacer un poco en base a mi experiencia de este viaje, con conocimiento de causa.
Ojo, no he hecho de nómada digital al uso: me he venido al piso de un amigo a pasar aquí el mes, aunque hemos hecho un viajecillo a la playa a mitad.
Si me animo a probar de lado a lado ya subiré otro de nomadismo digital nivel pro.
Vaaaaamos.
Te recuerdo que muchos de estos enlaces son de afiliado. Otros, no.
Te animo a comprar en tu barrio si te lo puedes permitir.
Y por cierto, aquí las cartas de otros años:
- 2018 Lo que pediría a los Reyes Magos por trabajar en casa
- 2019 Lo que pediría a los Reyes Magos por ser autónomo
- 2020 Lo que pediría a los Reyes Magos por ser copywriter
- 2022 Lo que pediría a los Reyes Magos por trabajar en remoto
Te voy a hablar de...
Queridos Reyes Magos: por ser nómada digital, este año quiero…
Esta vez no voy a hacer categorías como el resto de años.
Por cierto, al final te enlazo al resto de cartas, que con esta ya van cuatro.
#1 Una batería portátil
Si tienes la suerte o desgracia de utilizar iPhone, con la batería las vas a pasar un poco putas —perdón por el taco—.
Vuela enseguida.
Y no es lo mismo quedarse sin batería cuando estás en tu hogar que cuando estás perdido por una calle oscura siguiendo Google Maps para llegar a tu casa en un barrio que no conoces de nada.
O cuando estás en un coche siguiendo el gps para llegar a un destino que, nuevamente, no conoces de nada.
Hay baterías y baterías; yo creo que he tenido tres.
La mejor, sin dudarlo, la última que me compré, que tiene para varias cargas sin despeinarse y encima carga a toda hostia.
Ya no se vende, pero esta parece tener unas características similares:
#2 Un jodido Mac
Aaaaaantes de que te me tires encima… A ver.
No hace falta dejarse 2.000€ para tener uno, y sin uno también se puede trabajar viajando.
Hasta hace un mes yo tenía un portátil Xiaomi la mar de apañado, con una pantalla pequeña pero muy cómodo de llevar.
Me he pasado a Mac, un Air —barato con respecto a los otros modelos—, de 13,3 pulgadas, y el cambio ha sido grande.
La pantalla es pequeña, sí, peeeero tiene mucha resolución, y eso marca la diferencia.
Genial de cámara, genial de micro, genial de peso… No sé, la cosa por menos de 1.000€, siendo el último modelo, yo creo que compensa.
Y compensa x3 si además tienes iPhone y en casa trabajas con un iMac —me pasé en mayo—, por temas de conectividad.
Bueno, y por no hablar del pad y eso: es el primer portátil con el que trabajo a gusto sin necesidad de utilizar ratón, que me lo he traído pero está muerto del asco.
#3 Unos cascos con micro incorporado
Cuando viajas y tienes reuniones o formaciones nunca sabes dónde vas a estar en el momento que te toque conectarte.
Con preocuparte del Internet ya es suficiente.
Por eso, márcate un 2×1 y coge —si aquí dijo «coger» me miran raro— unos cascos con micro que se enchufen a una sola clavija del portátil.
En el caso de mi Mac, por ejemplo, con una entrada tipo Jack y mis auriculares con micro ya me ha dado para hacer las dos formaciones y las dos sesiones de FAQs de Turmenta.
Los míos ya no los venden, pero estos son de la misma marca y muy parecidos.
#4 Una mochila cañón
Pero no una grande que llevar a la espalda de 50 litros.
Si me hubiera ido de mochilero sí, peeeero no.
Me refiero a una tamaño estándar —diría que de unos 30 litros—, en la que poder poner el portátil y un sinfín de cosas que puedas necesitar de forma casi constante:
- La batería portátil —ver #1—
- Unos auriculares de botón
- Estuche de las gafas de sol —ver #6—
- Boli
- Libretita
- Tiritas
Y espacio para dejar tu sudadera o chaqueta.
Yo uso una que me regaló mi ex de la marca Burton:
#5 Un champú sólido
Una pastillita que no te tiren atrás en el aeropuerto y que encima fomente la economía local.
En mi caso, y creo que ya lo puse por alguna otra carta, estoy tirando de una pastilla de Stepy, que son de Alicante.
La pastilla huele bien y dura mucho más de lo que parece.
#6 Unas gafas de sol
¡Oh, oh!
A ver, no son necesarias, pero yo lo cierto es que agradezco llevar los ojos tapados alguna vez.
Aquí en México no recomiendan que te quedes mirando a gente con aspecto turbio. Con las gafas refuerzas eso de que no te importa un pimiento lo que haya a tu alrededor, y si no te fijas en nadie nadie se fija en ti.
Todos contentos.
Ah, y ojo, que por ser diciembre no te vayas a pensar que lo de las gafas de sol no sirve.
Aquí hace unos 28 grados de día y cae una solana que ojocuidao.
Me he cambiado, por cierto, a gafas sin graduar, porque desde hace un año llevo lentillas, otro puntazo para viajar.
Pero hasta hace nada usaba gafas graduadas y muy bien todo. Las que llevo ahora son estas:
#7 Unos tapones
Ooooojo, que yo todavía no tengo los míos.
Pero ya he decidido que me vendrían genial. Para recuperarte del jetlag necesitarás dormir cuando otros anden hadiendo ruido, así que serán maravillosos.
O si vas a un hotel donde hay mucho ruido en la calle, en caso de que no lo toleres mucho.
Por la misma regla de tres podría hablar de antifaces, pero por ahora solo te voy a recomendar los tapones.
Estos son random; ya me comparé unos en alguna farmacia. De silicona, eso sí:
#8 Ganas de dejarte llevar
Lo más importante de la carta es esto.
¿Nueva cultura? Te abres.
¿Que hablan raro para lo que estás acostumbrado? Lo aprecias y valoras.
¿Que le ponen picante a toda su gastronomía? Ea, te animas con el jalapeño.
Viajes así no se hacen muchos en la vida, salvo que seas nómada digital consagrado y no dejes de ir de lado a lado.
No es mi caso, por lo que he hecho el esfuerzo de no juzgar nada ni a nadie, de decir que sí a casi todo, de dejarme guiar por las personas que han decidido enseñarme su México y… me vuelvo a casa con una maleta medio vacía —viajo ligero— pero con un cuerpo lleno de experiencias y anécdotas.
Se viaja para NO estar como en casa. Digo yo.
Queridos Reyes Magos: gracias y hasta el año que viene
Pues ya estaría.
La de nómada nivel pro, si me hago, la escribiré otro año.
Me marcho enlazándote a las cartas anteriores:
Y la de 2021 es la que estás leyendo.
Hasta el año que viene, y ojo con los excesos de Ferreros Rocher.