¿Una vez al día? ¿Una vez al año, que no hace daño?
Por todos es conocida la importancia del blog en las empresas no solo de turismo, sino prácticamente para cualquiera que se halle en la red.
Ahora bien: ¿cómo hay que utilizar este recurso?
No voy a ser yo quien te dé la respuesta definitiva a esa pregunta, primero porque no soy nadie y segundo, porque me sentiría responsable de lo que pudiera pasar. Sí que te voy a decir, en cambio, lo que yo recomiendo a mis clientes.
Antes de seguir hay que entender que al igual que nadie es idéntico a otro (pregúntale a dos gemelos si se parecen y verás lo que te dicen), con las empresas pasa lo mismo: cada una nació por una idea distinta y tiene sus propios objetivos, un ritmo/prisa particular por alcanzarlos y un presupuesto que da para lo que da.
La combinación de esos tres factores es el móvil de este post. Perdona si lo de móvil no te encaja por aquí, es que estoy picadísimo a The Good Wife y me sale Alicia Florrick por las orejas.

Usos REALES del blog en el sector turístico
Las empresas de turismo tienen blog por diversos motivos. Esto es lo que yo me he encontrado con el tiempo:
- Porque las demás también tienen
- Porque estaba de moda en el momento de hacerse la web
- Porque han visto que es una herramienta para generar tráfico orgánico
- Porque su agencia de marketing digital se lo ha recomendado por activa y por pasiva
- Porque un día el dueño de la empresa se levantó de la cama y le dio por ahí
O una combinación de varias.
También las hay que no tienen, y a ellas las remito al post sobre el blog hotelero, que pueden hacer suyo aunque su negocio sea de otra naturaleza.
Por qué hacen bien en utilizar el blog
Que tengan el blog por la que posiblemente no sea la mejor de las razones no quiere decir que esté mal. De hecho, en su gran mayoría, las empresas aciertan si en su web publican de forma periódica y coherente. Porque, ¿qué consiguen con ello? A bote pronto se me ocurren las siguientes cosas:
- Aumentar el tráfico orgánico a medio-largo plazo
- Diferenciarse de la competencia
- Hacer branding
- Conectar mejor con su cliente objetivo
- Fidelizar a su audiencia
- …
Los beneficios son enormes y en general, todos acaban derivando en un mayor número de ventas y reservas.

Cada cuánto publicar para alcanzar ese nivel ideal de ventas & reservas
La frecuencia de publicación en blogs de turismo es un tema complicado de normalizar ya que depende de muchas cosas, especialmente de dos que ya hemos comentado:
- Ritmo/prisa por cumplir los objetivos
- Presupuesto disponible
Y otras en las que ni entro, ya un poco más técnicas: edad del dominio, autoridad de dicho dominio, penalizaciones, historial, perfil de enlaces entrante, posicionamiento de la web estática, etc.
Dejémoslo en que para los ejemplos hablamos de una empresa de turismo mediana-pequeñita, incapaz de competir contra las gigantes, que tiene un dominio desde hace pocos años que, aunque no está del todo mal posicionado, podría irle mejor en términos de SEO.
Hablemos de frecuencias
Se puede tener mucha prisa por cumplir los objetivos, poca o ninguna ‒te da igual o confías en el destino y esas cosas‒ y mucho presupuesto o más bien poco.
¿Qué resulta al combinar eso?
Caso #1: Mucha prisa y mucho presupuesto
El blog ha de ser el activo principal de la estrategia online de la empresa, o un complemento indispensable de este.
Tiene dinero y mucha prisa por llegar a la meta: publica, por qué no, a un ritmo de 3 posts semanales como mínimo, pudiendo ese 3 convertirse perfectamente en un 5.
Caso #2: Mucha prisa y poco presupuesto
Si se puede permitir 2 posts a la semana, genial. Si no, uno está bien. Aquí es importante que se arme de paciencia, pues las prisas y el dinero ‒si escasea‒ no hacen buena pareja.
Caso #3: Poca prisa y mucho presupuesto
Estamos ante lo que yo considero el cliente ideal de redacción: dispuesto a pagar por la calidad de sus artículos y sin la prisa suficiente como para estresarte con que no ve resultados a corto plazo.
Aquí también entran los de un post a la semana, aunque creo que el ritmo más acertado sería el de un post quincenal.

Caso #4: Poca prisa y poco presupuesto
Sin agobios. Con la calma. Como dice mi padre, sin prisa pero sin pausa. Un post al mes, siendo consciente de que los resultados llegarán a largo plazo.
Caso #5: Ninguna prisa y mucho presupuesto
Estamos ante el caso de esos posts geniales, en los que se nota que hay una inversión económica detrás. No juegan con el factor tiempo en contra, lo cual facilita mucho el poder hacer las cosas muy, pero que muy bien. Un post al mes o cada mes y medio.
Caso #6: Ninguna prisa y poco presupuesto: crees en el destino
Aquí reina la anarquía. El día que le da por ahí, encarga un post y lo publica. No tiene un calendario organizado, va saliendo el contenido cuando los astros se alinean y los resultados, si llegan, son a muy largo plazo. Estamos hablando de un post cada dos meses o más.
Cada empresa, a su ritmo
Estar en el caso #1 no tiene por qué ser mejor que estar en el #5. De hecho, muchas empresas de turismo están en el #5 porque ya estuvieron en el #1, #2 o #3 en su momento.
Las empresas que funcionan a pleno rendimiento se presupone que ya han alcanzado sus objetivos principales ‒X facturación‒, y el siguiente paso natural es mantenerse o tratar de crecer, momento en que pasarán a ser, muy probablemente, un #3 ‒con din€rito y pocas prisas‒.
Lo deseable para un redactor de contenidos
A mí personalmente me gustan los que tienen dinero para pagar lo que pido ‒¡pájaro! ‒ y no tienen ninguna prisa para alcanzar los objetivos, sino que conocen el funcionamiento de Internet y saben que los resultados se verán a medio-largo plazo. Es decir, los de los tipos #3 y #5.
Tus clientes de redacción, ¿de qué tipo son?
¡Hasta la próxima!