Hábitos al trabajar desde casa

El de mis 10 hábitos al trabajar desde casa

El teletrabajo está de moda.

Hace unos años, cuando emprendí, pensé que lo de trabajar desde casa sería una caña.

Me costó mucho al principio, por el tema de encontrar clientes y blabla, pero cuando experimenté el placer de trabajar en casa cómodamente supe que no volvería a una ofi.

Han pasado más de 7 años desde el primer día que trabajé en casa y aunque me encuentro escribiendo estas líneas experimentando el teletrabajo desde las américas, lo que más me tira es casita.

Por mucha playa que me vendan, como en casa en ningún lado, oye.

Y te voy a contar los hábitos que tengo cuando trabajo en casa para que no haya sentido la necesidad de irme a un coworking en todo este tiempo, aunque sí que lo haya experimentado puntualmente.

Hábitos, hábitosssss, go.

Por cierto, al ser el primer post del año toca estrenar portada. Y como este 2023 las IA van a pegar fuerte, Rafa, el encargado de diseñarlas, ha decidido que las creemos utilizando inteligencia artificial.

Pero antes: cada persona es una historia

Me he cruzado con gente que no puede teletrabajar desde casa porque se las pasa haciéndole visitas a la nevera.

O con aquellos que no rinden nada.

O con aquellos que si no se quitan el pijama, nanai.

Y todas esas personas tienen razón, porque todos venimos de donde venimos y es igual de válido rendir más en un coworking que en una oficina que en casa de uno con el pijama puesto.

Yo lo que voy a contar son mis hábitos de trabajo en casa y que he ido moldeando con el paso del tiempo.

Que seguro que si tú también teletrabajas en casa no te gustan todos pero oye, si al menos te ayudo a hacerte el día a día más sencillito con alguna idea… pues ya estaría.

Y ahora sí: mis 10 hábitos cuando trabajo en casa

No soy una persona demasiado estricta a este respecto. Hay semanas que me da por otra cosa porque el trabajo, las circunstancias personales o el ánimo así lo requieren.

Pero a grandes rasgos, estos son algunos de mis hábitos de trabajo en casa:

#1 Tienes libertad: úsala

Lo que más me ha costado de entender con el tiempo es que teletrabajar, cuando lo haces con tus propios horarios —si trabajas para una empresa ya es otra historia—, te abre todo un mundo de posibilidades a aprovechar.

A aprovechar, repito.

¿Por qué la única diferencia entre teletrabajar y no teletrabajar tiene que ser el puesto de trabajo?

¿No puede ser el horario?

¿La ciudad? ¿El país?

Si teletrabajas y tienes libertad horaria, quítate de la cabeza eso de trabajar de lunes a viernes cuarenta horazas e innova un poco.

A mí me costó muuuuucho saltarme el guion como me lo estoy saltando ahora.

Empecé librando los viernes por la mañana, pero era insuficiente.

Luego me atreví a tomarme algún diita libre, como quien no quiere la cosa. Pero me sentía mal.

Ahora me he soltado un poco la melena y hasta antes de venirme a probar esto de trabajar y viajar por ahí, tenía estos horarios:

  • Lunes: piscina hasta las 10:30h y salir a correr sobre las 17:30h
  • Martes: pilates hasta las 10:30h
  • Miércoles: piscina hasta las 10:30h y salir a correr sobre las 17:30h
  • Jueves: pilates hasta las 10:30h y pádel sobre las 19:00h
  • Viernes: piscina hasta las 10:30h y a las 14:00h, se acabaron las obligaciones

Y algunos sábados me iba al mar a nadar por las mañanas 🏊‍♂️

Ahora, lo dicho, quiero experimentar eso de moverme y trabajar al mismo tiempo y estoy de prueba.

De hecho, estoy escribiendo esto mismo a las 17:01h de un jueves 19 de enero en un café de Oaxaca, al sur de la costa pacífica mexicana:

Teletrabajando desde Oaxaca
Teletrabajando desde Oaxaca

#2 El descanso es imprescindible

Otro hábito al que me obligo es el de descansar.

Dormir.

A estas alturas de la vida, dormir está bastante ligado a la felicidad.

Si no duermes y vas cansado todo el día —me ha pasado tras algún finde de farra máxima—, las cosas no salen igual, incluido el trabajo.

Mi producción se ve muy mermada cuando tengo el cuerpo cansado.

¿Y qué hago?

Pues me duermo mis 7-8 horas todas las noches y después de comer suele caer una siestecilla de unos 45 minutos.

Sin abusar 😂

#3 Haz deporte aprovechando tus horarios

Sé que suena a tópico, pero es que lo del deporte es imprescindible.

Hace que te sientas mejor y que tengas una actitud más positiva ante todo lo que se te pone por delante.

Yo no hacía demasiado y cuando empezaba, me duraba solo un tiempo.

Hace año y medio volví a la piscina, pero en vez de hacerlo como solía decidí aprovechar mis horarios libres e ir por las mañanas.

Cuando iba por las tardes hace años los vestuarios estaban a full y tenía que compartir calle con 4-5 personas mínimo.

Desde que voy por las mañanas nado solo o compartiendo la calle con una persona únicamente.

Y nadas mejor, te anima a ir más, te sientes mejor y hala, el pez que se muerde la cola.

A mí me gusta nadar, pero a ti igual te va el yoga o el spinning; yo qué sé.

Lo que sí sé es que empezar el día haciendo deporte ha marcado un antes y un después en mi vida profesional.

Hábito top, top, top.

#4 Estate preparado para un bombardeo

En esto del teletrabajo uno no se puede relajar, porque de pronto puede caerte la de dios y no tener tiempo para nada.

Las reuniones, presupuestos, correcciones y demás cosas se acumulan y parece que te falten las horas.

¿Cómo lo resuelves sin renunciar a esa siestecita o a hacer deporte por las mañanas? —Sin trabajar hasta las mil, claro—.

Pues yo reduzco el tiempo que uso no trabajando mediodía, cuando como.

No dejo de comer, sino que tiro de tuppers que tenga en el congelador para emergencias.

¿Te suena eso del batchcooking?

Yo le llamo «vivir solo y que te guste cocinar».

En mi congelador nunca faltan tuppers de lentejas, potaje, pasta o arroces secos. Ni filetes de pescado congelado.

Cosas que puedo hacerme en 5 minutos y comerme en 20, para no desperdiciar ni un minuto de la necesaria siesta.

Lo de no comer no se contempla, que si no no llego a las seis en condiciones.

Por otro lado, los imprevistos no se pueden prever, pero si intuyes que el martes vas a estar a tope de cosas… hazte un menú y para el martes tira de congelador.

Larga vida a hacer menús semanales: comes bien, no desperdicias comida y no pierdes más tiempo del necesario pensando en qué comer en cada momento.

#5 Evita la aceleración matutina

Otro hábito genial al trabajar desde casa es el de no utilizar el móvil como despertador.

Hace un tiempo me compré un despertador real, de los que solo te dan la hora, la fecha y la temperatura, con el objetivo de no ver el móvil nada más despertarme.

Cuando lo hacía, sentía que mi organismo se aceleraba en cero coma y que me ponía tenso al poco ratito de haber despertado.

Ese ratito a veces era cuestión de segundos 😑

No digo que no mires el móvil por la mañana; yo suelo verlo desayunando. Digo que evites abrumarte con la alarma de siempre, con emails y mensajes como primera acción del día.

Si te pillas un despertador como el mío, que es cutre pero sirve, puedes incluso seleccionar la melodía. Durante unos meses tuve pajaritos y ahora estaba con una cancioncita muy relajá antes de venirme.

Crema, oye.

#6 Sé listo eligiendo horarios

¿Tienes que reunirte con alguien que te suele dar la chapa?

Pon la reunión a las 13:30h, que verás como no se estira demasiado.

¿Haces formaciones, como yo en Turmenta?

Que terminen a las 14:00h.

A la gente a esas horas le entra hambre, así que no te darán demasiado por saco y la comida será la excusa perfecta para poner fin a una sesión innecesariamente larga.

Y hablando de horarios: ¿qué tal ponerte límites?

Porque si no, te pones a currar, se hacen las ocho y tú ahí, dándole a la tecla.

Si es de manera puntual, vale; si es un habitual, plantéatelo y ponte un horario tope para intentar limitar el tiempo que pasas delante de la pantalla.

Si no te da la vida, algo hay que cambiar.

#7 Evita las reuniones y llamadas

La comunicación con los clientes o tu equipo no se puede evitar.

Partiendo de esa base, ¿cómo puedes hacer que todo fluya y te robe menos tiempo?

En mi caso, evitando los telefonazos y las reuniones vía Zoom.

Las reuniones que no son imprescindibles suponen una pérdida de tiempo la mar de innecesaria.

Las llamadas se estiran más de lo que toca, vete tú a saber por qué.

El email tiene esto de bueno:

  • Lo lees cuando quieras dedicarle tiempo
  • La otra persona no espera que le contestes en cuestión de segundos
  • Puedes meditar tu respuesta

Oye, y no pienses que no me reúno: lo hago, sobre todo cuando veo que va a dar pie a enviar un presu cualificado.

Pero esto lo evito a toda costa:

  • ¿Cuándo podemos hablar y te cuento?
  • ¿Tienes un rato para que nos veamos?
  • Necesito consultarte una cosa, ¿hablamos?

No sé; la mayoría de veces, las llamadas o Zooms atentan contra mi productividad.

#8 Trabaja cómodamente

Este hábito al trabajar desde casa es imprescindible para mí: la comodidad.

¿Vestirme? ¿Para qué?

Entiendo que haya personas que hasta que no se ponen ropa de calle no cambian el chip y no rinden.

A mí no me pasa. Me gusta el pijama. Me gusta ir en pantalones cortos y en tirantes cuando hace calor.

¿Que toca reunión o formación y eso es muy informal?

Pues ahí, pero solo ahí, me cambio y mantengo las formas.

El resto del tiempo, lo dicho: la comodidad que da el pijama es de lo mejorssssiiiito 🙌

#9 Ten un sitio fijo de trabajo

En casa, me refiero.

Jajajaja, estoy diciendo de tener flexibilidad en todo y peim, te digo que tengas un sitio fijo en el que trabajar.

En el que solo trabajes, ojo.

Cuando empecé a emprender, trabajaba en un rinconcito del salón y oye, uno se acostumbra, pero la cabeza no descansa.

Y ya sabes lo que pasa cuando no hay descanso.

Cuando me mudé y tuve una habitación solo para trabajar, la cosa mejoró mucho.

No sé, es más un tema de sensaciones; no podría asegurar que tener un sitio en el que solo trabajo y nada más mejore mi productividad.

Ahora mismo, por cierto, llevo —llevaba, antes del viaje— cuatro meses trabajando en el salón, porque volví a mudarme y mi despacho está ocupado con cosas que están a punto de desaparecer.

¡Echo de menos tener mi despachooooo!

#10 Objetivos diarios

El saber qué quiero conseguir cada día con una semana de antelación me da la versatilidad necesaria para encajar todo lo que vaya saliendo.

Por ejemplo, yo todas las semanas tengo que entregar un post al mismo cliente.

Pues me lo pongo para los lunes.

Los martes los dedico a otro cliente temporal, los miércoles a reuniones y un trabajo menor, los jueves a preparar una formación, mi newsletter —¡volveré!—, etc.

Antes de sentarme en la silla cada día sé exactamente qué quiero conseguir, cosa que casi siempre me ayuda a lograrlo.

¿Y cuando no lo consigo?

Pues hay un efecto dominó hasta que se soluciona sin menor problema.

El mayor problema sería tener que trabajar en fin de semana, cosa que en 6 años he hecho 4-5 veces a lo sumo.

La actitud y los hábitos, de la mano al trabajar en casa

Hala, ahí has visto algunos de mis hábitos cuando trabajo en casa.

Que igual no compartes ninguno, jajaja. Soy consciente y me parece perfecto.

Al final, lo importante es que uno pruebe y vaya ajustando. Y que le vaya cundiendo, claro.

Que se lo tome en serio. Que tenga actitud.

Porque si lo consigue, trabajar desde casa se puede convertir en la crème de la crème.

Aquí uno que se despide… reconociendo que lo de trabajar desde casa me encanta 🥰

¡Ah! Por cierto: aquí van las cartas de los años anteriores… y posteriores.

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